Entre 2007 y 2011 las 10 personas involucradas en el caso tuvieron acceso no autorizado a la base de datos de los operadores y se hicieron con los datos personales de los jugadores, tales como direcciones de correo electrónico, contraseña y nombres de usuario.
La información se utilizó posteriormente para obtener el control de las cuentas con el fin de transferir el dinero de las mismas a sus propias cuentas "chip dump". Después de haber obtenido los números de las tarjetas de crédito y/o débito, el grupo de estafadores llegaron a hacer incluso depósitos adicionales.
Tras una investigación de dos años y una audiencia de seis semanas , las autoridades decidieron absolver a dos personas y condenar a los ocho restantes con penas que van desde la libertad condicional, servicios a la comunidad, hasta penas de prisión para dos de ellos. Ademas de esto, deberán pagar millones de dólares en daños y perjuicios a los jugadores, operadores y bancos.
"Hay problemas de seguridad que deben ser revisados a la luz de los enfoques que han surgido en la investigación", dijo Erik Sjöholm , Subgerente de Operaciones de la Junta de Juego sueco.
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