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En los últimos meses estamos asistiendo al intenso y polémico debate acerca de la proliferación de salas de juego en ciudades de todos los tamaños, y también del volumen de anuncios televisivos al respecto de las salas online. La preocupación principal es que los menores lo tengan demasiado fácil para iniciarse en un tipo de juego que requiere la responsabilidad y el autocontrol de una persona adulta. Sin embargo, ni las salas físicas ni los anuncios en televisión están incumpliendo ninguna ley, y que de hecho serían los menores quienes violasen las leyes simulando la mayoría de edad. Lo que está claro es que el póker se está manteniendo un poco más al margen en esta peliaguda situación, y es que difiere mucho de las apuestas deportivas o la ruleta, principales reclamos de la mayoría de los jóvenes, mientras que el póker requiere algo más del jugador, por su alto componente estratégico.

Un juego que, en otros momentos de la historia, ha sido duramente perseguido y que se jugaba más a menudo de manera clandestina que en casinos de prestigio (véase la recientemente nominada a los Oscar Molly’s Game, disponible en Amazon Prime Video, por cierto), en el momento presente vive una situación de normalidad y de expansión, a lo que están colaborando, de una parte, los torneos y circuitos como el CNP o Circuito Nacional de Póker, que recorre cinco de las ciudades más emblemáticas de España año tras año, atrayendo cada vez a más jugadores de fuera del país y convirtiéndose en un referente en cuanto a eventos de póker se refiere. De otra parte, el sistema que se viene imponiendo gracias al auge de los eSports, de retransmitirse partidas en tiempo real en plataformas como Twitch. No sólo League of Legends acumula espectadores en canales especializados: el póker online es seguido por millones de personas del todo el mundo, un fenómeno que no es tan nuevo como parece, pero que socialmente está cada vez más aceptado.

Está claro, pues, que en España el póker gusta, con un importante volumen de jugadores aficionados que aprovechan no sólo la seguridad de las marcas que se han abierto camino hasta nuestro país a través de internet, sino también la posibilidad de participar activamente en estos torneos que cobran cada vez más relevancia en el país. Pero España es una cuna del póker en sí misma: estamos exportando jugadores profesionales de la talla de Adrián Mateos, Carlos Mortensen, Leo Margets, César García, Marti Roca o Mario Prats. Varios de los codiciados brazaletes de oro de las WSOP o World Series of Poker han ido a parar a manos de españoles que, sin embargo, siguen sabiendo que para crecer en el panorama del póker profesional y obtener mayor reconocimiento a nivel mundial deben emigrar para poder acceder a nuevas oportunidades. Y es que el cielo es el límite para estos triunfadores. Son, por otra parte, el ejemplo a seguir por otros muchos aspirantes ya que han llegado a donde están a veces simplemente ganando una entrada a un torneo en un satélite.

Esta cantera de jugadores de éxito “made un Spain” pone la chincheta en el mapa y coloca al país como un referente de póker de calidad. España, de hecho, es un punto estratégico para las marcas, que saben que penetrar en estas tierras es obtener un trampolín a otros países, ya que la acogida siempre es calurosa en territorio español. Así, el desarrollo de este juego en nuestro país no sólo ha mejorado el concepto de jugadores y espectadores españoles, sino que desde fuera, otros países lo consideran como un punto neurálgico, y de hecho cuando se celebra eventos gaming a nivel internacional, la participación de empresas españolas suele ser muy elevada y con buena acogida. De hecho, cada vez surgen más iniciativas empresariales asociadas al juego en España y destacan en estas convenciones por su seguridad en el juego y por su implicación para una experiencia responsable. Confiabilidad, profesionalidad y buenos jugadores, parecen ser los puntos fuertes que destacarían los extranjeros del ecosistema del juego (póker incluido) en nuestros confines.

¿Y qué pasa con aquellos que ni juegan ni ven jugar? A los que no les interesa el póker en España, tampoco lo consideran una amenaza, comparado con las apuestas deportivas, la categoría de juego de azar que generaría mayor riesgo de adicción teóricamente hablando. El póker se considera cada vez más parecido al ajedrez, por ejemplo, y más alejado de la ruleta (obsérvese que siempre los casinos online distinguen entre Sports, Casino y Poker). En cuanto a los informes trimestrales que la DGOJ o Dirección General de Ordenación del Juego presenta desde que tomase cartas en el asunto del juego, reflejan un crecimiento gradual y estable para el póker frente a una evolución más oscilante de otro tipo de juegos catalogados en estos informes, como el bingo, que parece caer en picado frente a las apuestas deportivas. Pero el póker se mantiene en su línea sin perder adeptos.

  • Y hasta aquí la reflexión de hoy amigos de pokerdeporvida, esperamos volver pronto con más artículos sobre nuestro juego favorito, por supuesto muchos vídeos de poker en español, y la gran sorpresa, todo un cambio en el diseño de la web para que se pueda navegar mejor.

¡Hasta la próxima!.

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